El pollo es una de las proteínas más nobles, ya que es fácil de preparar y además es de las carnes menos costosas. Sin embargo, muchas personas no se animan a prepararla ya que no conocen el tiempo exacto que debe estar en el horno para que no quede cruda o sobre cocida.
Para que quede a la perfección solo hay que seguir algunos pasos muy sencillos:
• No quitarle la piel le da mucho sabor, además que se va a tostar y esa textura crujiente es deliciosa.
• Hacer cortes transversales de 1 cm de profundidad para facilitar la cocción. Además, si se va a marinar, por los orificios de los cortes penetran los sabores.
• Agregarle hierbas, especias, salsas, mantequilla entre la piel y la carne, como si fuera un relleno.
• Elaborar una mantequilla aromatizada y añadirla entre la piel; de esta forma la carne de las pechugas quedará jugosas y no seca.
• No salar el pollo por fuera (pero sí por dentro) hasta que hemos conseguido que esté crujiente, porque la sal atrae la humedad y hará que la piel se cueza, no se ase.
• Añade líquido al recipiente, lo suficiente para que ninguna parte de la superficie quede seca, sin embargo, no añadas líquido de más ya que de esa forma, se cocerá más que asarse.
• Precalienta el horno a 180-200° y mantener esa temperatura durante el tiempo adecuado al tamaño. Puede ser una hora o quizá hasta dos horas, si tiene buen peso. Utiliza los sobrantes para elaborar otras preparaciones que lleven pollo.
Con estos tips estamos seguros que el pollo al horno que prepares parecerá que lo cocinó un chef. Encuentra aquí tus recipientes Pyrex para hornear.